“Lamentablemente, Estados Unidos no paga ningún costo por hacer algo que es ilegítimo, insostenible e inmoral”, aseguró. “Incluso, hablando con funcionarios del gobierno, ellos no encuentran ninguna razón por la que Cuba deba estar en la lista. Afirman que es políticamente difícil para ellos”, dijo el funcionario en inglés.
Estados Unidos impuso un embargo económico a Cuba en 1960 luego de la revolución liderada por Fidel Castro y la nacionalización de propiedades pertenecientes a corporaciones y ciudadanos norteamericanos.
Sacar a Cuba de la lista negra había sido uno de los principales logros de la política exterior del entonces presidente Barack Obama en su búsqueda de mejorar las relaciones con la isla caribeña, un esfuerzo respaldado por Biden como su vicepresidente.
Días antes de que Biden asumiera como presidente, el gobierno del entonces presidente Donald Trump volvió a designar a Cuba como“estado patrocinador del terrorismo”, imponiendo nuevas sanciones. Durante su campaña, Biden prometió renovar las relaciones con la isla gobernada por comunistas, pero no ha dado ningún paso hacia esa dirección.