La labor de quienes estudian e investigan la historia busca desenterrar los hechos de la memoria colectiva. Hablamos del arduo y complejo trabajo de rescatar la verdad.
Las fuentes documentales poseen un valor incalculable en este tipo de búsqueda, pues la multiplicidad de documentos creados en un determinado contexto aporta información que confirma y profundiza los conocimientos que existen sobre el mismo, y constituye evidencia de verdad. La labor del investigador, semejante a la del arqueólogo, hurga en lo cotidiano, lo pragmático, lo logístico de un espacio físico para, a partir de ahí, ir abriéndose paso, poco a poco, detalle a detalle, como por capas, hasta llegar a la esencia del momento, el contenido, el significado; casi como si de una película se tratara.
En este sentido, la documentación producida por el Che o sobre él a lo largo de su vida abre múltiples posibilidades al estudio de su pensamiento. Por eso, el propósito esencial del Centro de Estudios Che Guevara desde su creación como Archivo Personal del Che, ha sido el resguardo, ordenamiento, conservación y publicación de estos fondos documentales. Esta labor ha permitido conocer con mayor profundidad momentos de su vida, en los que circunstancias de diversa índole —como la condición de clandestinaje, por ejemplo― han dificultado la reconstrucción histórica de los hechos.