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Canciller cubano expresa su gratitud al Movimiento de Países no Alineados (#MNOAL)

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Agradecemos una vez más el apoyo del MNOAL, dijo Bruno Rodríguez. Foto: Minrex

El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, a través de su cuenta de Twitter, manifestó su gratitud en nombre del pueblo de Cuba al Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), por su comunicado de firme condena a la campaña internacional organizada para desestabilizar y socavar el orden constitucional, el Estado de Derecho y la paz en #Cuba.

 

El #MNOAL adoptó Comunicado de firme condena a la campaña internacional organizada para desestabilizar y socavar el orden constitucional, el Estado de Derecho y la paz en #Cuba.

Agradecemos una vez más el apoyo del MNOAL, principal mecanismo de concertación del Sur.


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Agradece canciller de #Cuba apoyo de la #OECO a la #colaboración médica

Agradece canciller de Cuba apoyo de la OECO a la colaboración médicaLa Habana, 23 jun (Prensa Latina) El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, agradeció hoy a la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO) por el apoyo a la cooperación médica de su país.


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#MINREX: #Cuba condena el #terrorismo y la #manipulación política

Publicado en: Relaciones Cuba-EE.UU

   

El Ministerio de Relaciones Exteriores expresa su enérgico rechazo a la calumniosa inclusión de la República de Cuba en una lista del Departamento de Estado de los Estados Unidos referida a países que supuestamente no cooperan plenamente con los esfuerzos estadounidenses contra el terrorismo, hecha pública el 13 de mayo de 2020, que fue contundentemente rechazada por el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Se trata de un listado unilateral y arbitrario, sin fundamento, autoridad o respaldo internacional alguno y que, como se sabe, solo sirve a propósitos de difamación y coerción contra países que se niegan a acatar la voluntad del gobierno de los Estados Unidos en sus decisiones soberanas.

El principal argumento utilizado por el gobierno de los Estados Unidos fue la presencia en el territorio nacional cubano de miembros de la delegación de paz del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia.

Como es ampliamente conocido, la delegación de paz del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia está en nuestro territorio porque, en virtud del abandono repentino de Ecuador de su condición de sede y a solicitud del gobierno colombiano y del ELN, el proceso de paz se trasladó a La Habana en mayo del 2018.

Este diálogo de paz había comenzado el 7 de febrero del 2017 en Quito. Cuba, junto a Brasil, Chile, Ecuador, Venezuela y Noruega, ha fungido como Garante del proceso de paz, por petición de las partes.

A partir de la llegada del Sr. Iván Duque Márquez a la Presidencia de Colombia el 7 de agosto del 2018, representantes de ese gobierno sostuvieron, desde el 8 de agosto de ese año, hasta enero del 2019, varios intercambios con Cuba y con la delegación de paz del ELN con el propósito de continuar los diálogos que habían comenzado durante el mandato del Presidente Santos, proceso en el cual nuestro país actuó con la debida discreción y riguroso acatamiento de su papel de garante.

Tras el atentado en la Escuela de Cadetes de Policía de Bogotá, del 17 de enero de 2019, el Presidente de la República de Cuba y el Ministro de Relaciones Exteriores expresaron de inmediato sus condolencias al gobierno y pueblo colombianos, en particular a los familiares de las víctimas del atentado, y reiteraron la firme posición de nuestro país de rechazo y condena a todos los actos, métodos y prácticas terroristas en todas sus formas y manifestaciones.

El gobierno colombiano tomó entonces acciones políticas y legales contra la delegación de paz del ELN que se encontraba en territorio cubano y rompió el diálogo de paz. Adicionalmente, decidió desconocer el Protocolo de Ruptura, en franco abandono y quiebre de los compromisos adquiridos por ese Estado con otras seis naciones firmantes del mismo.

El Protocolo de Ruptura se firmó en el marco de las negociaciones de paz por el Gobierno de Colombia, el ELN y los países Garantes, el 5 de abril de 2016. En él se establece el regreso seguro de la delegación guerrillera a Colombia en caso de romperse el diálogo.

El gobierno cubano sostuvo y sostiene hoy que lo que corresponde, según los documentos acordados, es la aplicación del Protocolo. Esta postura, respaldada ampliamente por la comunidad internacional y sectores comprometidos con la búsqueda de una solución negociada al conflicto armado colombiano, es una práctica universal reconocida y ratificada reiteradamente por apegarse al Derecho Internacional y a los compromisos del País Garante y Sede de los diálogos. Debido a la no aplicación de este Protocolo, es que aún permanecen en el país los miembros de la delegación de paz del ELN.

El gobierno colombiano ha incursionado en una serie de acciones hostiles contra Cuba, que incluyen declaraciones públicas, amenazas y emplazamientos, mediante la manipulación, ingrata y políticamente motivada, de nuestra inobjetable contribución a la paz en Colombia. Entre estas acciones, se registró la modificación de la postura histórica de Colombia de apoyo a la Resolución que cada año aprueba la Asamblea General de las Naciones Unidas en demanda del fin del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos que provoca daños y sufrimiento al pueblo cubano. Esta acción cambió ostensiblemente la posición consistente e invariable de todos los gobiernos colombianos desde 1992.

El mismo día que EE.UU. anunció la inclusión de Cuba en la lista de países que supuestamente no cooperan plenamente con los esfuerzos estadounidenses contra el terrorismo, el Alto Comisionado para la Paz del gobierno de Colombia, Sr. Miguel Ceballos Arévalo declaró públicamente que la decisión del Departamento de Estado de incluir a la isla era un “espaldarazo” al Gobierno de Colombia y a su “insistente solicitud” para que Cuba le entregara a los miembros de la delegación de paz del ELN.

Estas declaraciones del Sr. Ceballos han sido criticadas en Colombia por amplios sectores comprometidos con la paz y varios políticos colombianos han demandado del gobierno una explicación sobre las mismas y acerca del desconocimiento del Protocolo de Ruptura.

El Ministerio de Relaciones Exteriores rechaza, en términos enérgicos, las declaraciones del alto funcionario colombiano.

Lo que se desprende de los comentarios del Alto Comisionado para la Paz es que la conducta del gobierno de Colombia ha servido y facilitado los argumentos para los propósitos agresivos de los Estados Unidos contra nuestra Nación y que ha brindado su “espaldarazo” a las infamias estadounidenses contra una nación de América Latina y el Caribe.

La presencia de representantes del ELN en nuestro territorio, en la que descansa la acusación estadounidense, no es más que un pretexto endeble y deshonesto, carente de sentido y facilitado por la actitud ingrata del gobierno de Colombia, si es que algún crédito merecen las declaraciones del Sr. Ceballos.

En cualquier caso y aún con esa supuesta ayuda del gobierno de Colombia, la acusación de los Estados Unidos es totalmente infundada. Existen evidencias concretas, algunas de ellas muy recientes, de nuestra colaboración bilateral con los Estados Unidos en el combate contra el terrorismo y en esfuerzos conjuntos de aplicación y cumplimiento de la ley, en acciones de particular interés para este, lo que convierte la calificación anunciada por el Departamento de Estado en un acto deliberado de distorsión de la verdad.

Debe recordarse que Cuba es un país que ha sido víctima de numerosos actos terroristas organizados, financiados y ejecutados desde territorio de los Estados Unidos, por parte de grupos e individuos que han disfrutado allí de tolerancia y protección gubernamental, realidad que es de dominio público. Fue víctima también, en el pasado, del terrorismo de Estado perpetrado directamente por el gobierno de los Estados Unidos, que actuó en ocasiones en contubernio con el crimen organizado de ese país. Por acciones de este tipo han muerto 3478 cubanos y 2099 sufren o han sufrido algún tipo de discapacidad.

El pasado 30 de abril, nuestra Embajada en los Estados Unidos fue objeto de una agresión terrorista. El gobierno estadounidense mantiene desde entonces un silencio cómplice, sin condenar o siquiera rechazar el hecho, y se abstiene de tomar acciones contra personas y grupos terroristas radicados en territorio estadounidense que incitan a la violencia contra Cuba y sus instituciones.

Como consecuencia, tras el atentado terrorista contra nuestra Misión Diplomática en Washington, se han producido amenazas contra la integridad de diplomáticos y Embajadas cubanas en los propios Estados Unidos, así como en México, Costa Rica, Antigua y Barbuda, Canadá, Chipre, Austria y Angola, todo lo cual se ha informado a los respectivos gobiernos.

La actitud de manifiesta complicidad del gobierno de los Estados Unidos conlleva el peligro de ser asumida como un endoso al terrorismo. Es consecuente con la intensificación de la política de agresión e instigación a la violencia contra Cuba, llevada incluso a los países donde labora personal cubano de la salud en programas bilaterales de cooperación.

El compromiso de nuestra Nación con la actuación enérgica y la condena del terrorismo está recogido en la Constitución. Es absoluto y categórico contra cualquiera de sus formas y manifestaciones, en particular el terrorismo de Estado, y está respaldado por la debida legislación. Existen sobradas razones para dudar de que el gobierno de los Estados Unidos pueda emitir una afirmación tan categórica sobre su posición frente al terrorismo.

Cuba ha mantenido de manera invariable su apoyo a la paz de Colombia y ha trabajado desde su condición de Garante en la implementación del Acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), a pesar de que el Gobierno colombiano no ha garantizado la protección de dicho Acuerdo y no ha asegurado su estricto cumplimiento.

Como se ha planteado por vías diplomáticas, el Ministerio de Relaciones Exteriores solicita al gobierno de Colombia conocer cuál es su postura sobre la condición de los Garantes en el proceso de Paz de Colombia, en particular el de Cuba.

Igualmente, requiere conocer cuál es la posición del gobierno sobre la aplicación y el cumplimiento del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y la FARC-EP.

El Ministerio de Relaciones Exteriores insta al Gobierno de Colombia a que declare su posición oficial acerca de las razones que le atañen para la inclusión de Cuba en la lista elaborada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos y aclare cuál fue el papel y la postura de sus funcionarios en los intercambios previos realizados con los Estados Unidos al respecto.

Como país que ha sido víctima del terrorismo, Cuba deplora toda manifestación de manipulación y oportunismo político al tratar un asunto tan sensible.

La Habana, 1 de junio del 2020.


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#Ministro de Relaciones Exteriores de #Cuba denuncia a la #USAID por incrementar financiamiento para atacar a #brigadas médicas cubanas

Bruno rodriguez
Foto: Tomada de Prensa Latina

En vez despilfarrar en agresiones contra la cooperación internacional y la salud de los pueblos, el gobierno de Estados Unidos debería centrar esfuerzos en evitar la enfermedad y la muerte de sus ciudadanos a cuenta de la COVID-19, afirmó en Twitter el canciller cubano.

La embajada cubana en Eslovaquia comentó, en respuesta al tuit de Rodríguez Parrilla, que eso da la medida de lo que le preocupa el ejemplo que constituye Cuba y su disposición a la cooperación, la solidaridad, siempre con su discurso respetuoso y constructivo.

Debían saber ya que la luz de un pueblo y su Revolución no la opacan millones mercenarios, añadió.

Rodrigo Malmierca Díaz, ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, expresó en esa misma red social que en medio de pandemia de la COVID-19 cabe preguntar por qué el gobierno estadounidense ofrece dos millones de dólares para alentar denuncias sobre supuestas violaciones de derechos humanos vinculadas a la cooperación médica de Cuba.

Seguro que el dinero de sus contribuyentes podría ser mejor usado, sentenció.

Carlos Fernández de Cossío, director general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, señaló al respecto que no les alcanza el dinero para impedir la muerte de 80 mil de sus ciudadanos, pero sí para agredir a otros cuyo ejemplo de éxito contra la pandemia los deja mal parados.

(Fuente: ACN)


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#Bruno Rodríguez Parrilla: El silencio cómplice de los #EE.UU. se torna sospechoso

Por: Redacción Cubadebate
   

Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate

El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció este martes el silencio cómplice del Gobierno de los Estados Unidos ante el ataque terrorista contra la embajada de Cuba en ese país, el pasado 30 de abril.

Ese día se produjo un ataque con arma de fuego contra el edificio que acoge a la legación diplomática de la Isla en Washington DC. El autor fue Alexander Alazo Baró (42 años), de origen cubano, que vive en EE.UU. desde el año 2010, detalló el canciller en conferencia de prensa virtual.

“El Departamento de Estado y el Gobierno de los EE.UU. lamentablemente han optado por silenciar este grave ataque terrorista. Hasta este mismo instante no se ha producido ninguna declaración pública de condena a este hecho, ni de rechazo al acto terrorista”, afirmó.

Rodríguez Parrilla reconoció el rápido actuar de la fuerza policial local y del servicio secreto en el momento del ataque, sin embargo “el Departamento de Estado demoró casi cinco días para ponerse en comunicación con las autoridades cubanas y emitir alguna información de carácter oficial sobre este grave suceso”, subrayó.

Imágenes muestran que el atacante se aproximó a la embajada, gritó frases ofensivas y lanzó una bandera cubana profanada con varias frases incoherentes y luego trató de incendiarla con gasolina. Después se produjo un ataque a tiros contra el edificio que está en medio de la capital de EE.UU, a una cuadras de la Casa Blanca, utilizando un fusil semiautomático.

El atacante había viajado con esa arma y municiones desde el Estado de Pensilvania, “iba con la intención de batir lo que hubiese delante, incluso seres humanos si hubiesen estado en su línea de fuego. Él mismo confesó después que iba con intención de matar”, relató el canciller.

En el momento del asalto, cuando fueron disparados 32 proyectiles, había 10 funcionarios en el edificio. 

“Es necesario preguntar al Gobierno de los Estados Unidos cuáles son sus motivaciones para mantener silencio ante la opinión pública y no lanzar mensajes de disuasión de actos como este, en cumplimiento de sus obligaciones legales como país sede de la embajada”, cuestionó el jefe de la diplomacia cubana.

Calificó este hecho como un acto terrorista que no puede verse separado del resultado directo del discurso agresivo contra Cuba y la permanente instigación a la violencia y odio de políticos estadounidenses y grupos extremistas anticubanos.

El Gobierno de EE.UU. recibió señales suficientes del ataque

El canciller argumentó que Alazo Baró planificó el ataque con suficiente anticipación y visitó el lugar unas dos semanas antes. “En el momento de la agresión se declaró como seguidor del presidente de los EE.UU. y no ofreció resistencia al ser arrestado”.

De acuerdo con Bruno Rodríguez, en los documentos legales, a los cuales Cuba ha tenido acceso, se refiere —según la esposa de Alazo Baró— que este ciudadano visitó un hospital en donde expresó delirio de persecución de grupos criminales cubanos o del propio Gobierno cubano. Luego acudió a varias agencias de Seguridad Nacional para formular acusaciones contra el Gobierno de la Isla, que supuestamente quería asesinarlo.

El canciller aseveró que corresponde al Gobierno de Estados Unidos explicar qué curso le dio a esas acusaciones. “Se aprecia negligencia en la conducta de los EE.UU. que no actuó ante informaciones de esa naturaleza”.

El atacante, prosiguió, era poseedor de una licencia para portar armas, dueño de una pistola marca Glock y de un fusil AK. Incluso, realizó semanas antes visitas a la propia embajada. “El Gobierno de EE.UU. incumplió con su obligación de prevenir este ataque, del cual recibió señales suficientes”.

En los documentos legales del arresto se registra que Alazo Baró sufre algún tipo de “trastorno mental”, y que —según dijo— “utiliza medicamento”. El canciller abundó que en el auto de este ciudadano se encontró cocaína, así como se supo que “tenía dificultades económicas, pues había perdido un pequeño negocio y estaba desempleado en el momento del ataque. Según declaró su esposa, han transitado en periodos que no han tenido ni vivienda.

Rodríguez Parrilla dijo que también corresponde al Gobierno de EE.UU. realizar una investigación a fondo que permita esclarecer de dónde salió el dinero utilizado para el ataque. 

Alazo Baró nunca tuvo ni ha tenido ningún problema en Cuba

Hizo alusión a documentos legales que indican que Alazo Baró actuó por odio a Cuba y por temor a agresiones de supuestos grupos criminales cubanos, los cuales no existen, señaló el canciller. “En Cuba no hay organizaciones criminales, ni crimen organizado”. 

Del atacante se sabe que mientras vivió en la Isla mantuvo una conducta normal, con inclinaciones religiosas, dedicándose a la labor pastoral. Cumplió el servicio militar sin ninguna dificultad, y en el año 2013 viajó a México con una visa religiosa, país donde vivió durante varios años.

Visitó Cuba en 8 ocasiones, la última vez en 2015, manteniendo “una relación normal como la que tienen los demás emigrados cubanos”, abundó el ministro y puntualizó que durante ese periodo en el exterior Alazo Baró recibió los servicios consulares de manera normal de las oficinas cubanas. “Nunca tuvo ni ha tenido ningún problema en Cuba, ni con su país de origen”.

“Hay que preguntar a los EE.UU, cómo un individuo, con una conducta normal, religiosa y pacífica, se transforma en alguien con problemas mentales” y, con escasos recursos económicos, prepara y ejecuta el ataque contra la embajada cubana, acotó.

En 2010 Alazo Baró se mudó a Estados Unidos, donde radicó en Miami, Texas, Pensilvania y quizás en otros lugares.

El titular de Relaciones Exteriores dijo que también es obligación del Gobierno estadounidense investigar con precisión cuáles son los vínculos del atacante “con grupos e individuos dentro de los Estados Unidos, con una trayectoria conocida de odio e instigación a la violencia o incluso al terrorismo contra Cuba”.

Informó que Alazo Baró, durante sus estancia en Miami, se asoció a un centro religioso, en el cual se reúnen personas con reconocidas conductas a favor del extremismo y la agresión contra la Isla.

En ese centro, argumentó, entró en contacto con el pastor Frank López, quien mantiene estrechas relaciones con el senador Marco Rubio, el venezolano Carlos Beccio, e incluso con el congresista Mario Díaz Balart, entre otras figuras de conocido extremismo contra Cuba.

Curiosamente, el vicepresidente de los EE.UU. visitó hace poco esa inglesa y pronunció un discurso de franca hostilidad contra la Isla y desprecio y amenazas hacia América Latina, dijo el canciller.

Otras evidencias expuestas por el ministro muestran como entre las personas con la que Alazo Baró se relacionó estrechamente en esa iglesia está el ciudadano de origen cubano Leandro Pérez, quien en su propio perfil de Facebook se declara como amigo cercano del tirador.

Leandro es conocido por sus instigaciones públicas en redes sociales a favor de acciones de magnicidios en Cuba, con llamados a acciones violentas contra el General de Ejército Raúl Castro y el presidente Miguel Díaz-Canel. “Basta con revisar sus cuentas en redes sociales para encontrar apelaciones como las que llama a atacar con drones lugares oficiales de La Habana”.

El 5 de febrero de 2020 este ciudadano usó Facebook para intentar amenazar a Cuba con tener listos drones que se utilizarían para agredir a la Isla. Ha usado las redes y sus contactos para promover ayuda al terrorista Ramón Saúl Sánchez, cuya violación sistemática de las leyes norteamericanas provocó la orden de deportación que sin embargo no se ejecuta. “Sus vínculos con el terrorismo hacia Cuba están ampliamente documentados”.

Alazo Baró tiene un perfil en Facebook, en el que se hace llamar Hamilton Alexander, donde comparte “los mensajes de un individuo que promueve canciones de estilo y contenidos marginales, con incitaciones abiertas a actos de violencia contra funcionarios diplomáticos en Estados Unidos”, continuó el canciller.

Una revisión a ese perfil permite corroborar vínculos del atacante con los autores de actos de provocación contra bustos del Héroe Nacional José Martí producidos hace meses.

Bruno Rodríguez emplazó al gobierno estadounidense a explicar qué sabe de esos vínculos y de los contactos y admiración mutua entre Alazo Baró e individuos que pertenecen a agrupaciones seguidoras que apoyan al actual administración de EE.UU. e incitan constantemente a la violencia y el odio contra Cuba. 

Igualmente dijo que es obligación del Gobierno de EE.UU. aclarar qué influencia ejerció en la conducta del atacante el sentimiento y la acción agresiva hacia Cuba que se promueve en aquella iglesia de Miami, así como qué papel pueden haber desempeñado los individuos antes mencionados en la decisión de Alazo Baró de abrir fuego contra el edificio de la embajada.

“El silencio cómplice del gobierno de los EE.UU. se torna sospechoso, cuando se conoce que sus servicios de aplicación y cumplimiento de la ley tienen un monitoreo constante y preciso de los grupos violentos que actúan contra Cuba en ese país”.

El ministro expresó que cabría preguntarle a Mike Pompeo qué sabe sobre estos asuntos, sobre todo cuando suele pronunciarse de manera constante con relación a la Isla, sin embargo esta vez no ha dicho una palabra acerca de lo ocurrido.

“Es deplorable que el Secretario de Estado, mientras mantiene silencio sobre el ataque terrorista, se haya pronunciado contra Cuba, dedique pronunciamientos permanentes y casi diarios a atacar la cooperación médica internacional cubana y a calumniar a nuestros médicos que trabajan en otros países, incluso en medio de la pandemia de COVID-19. Lo mismo hace su subsecretario asistente que con desvergüenza publica a diario mentiras sobre la labor de nuestros personal de la salud”.

Bruno Rodríguez reiteró que este ataque contra la embajada de Cuba, de naturaleza terrorista, es un resultado directo de una política oficial de instigación al odio y a la violencia contra su país. “Quien escuche los pronunciamientos y falsedades constantes del Departamento de Estado y el propio Secretario de Estado observará que hay constantemente una apelación al odio y el resentimiento hacia Cuba”.

En otro momento de su alocución, el titular se refirió que existe evidencia de la participación de funcionarios del gobierno estadounidense en las acciones violentas que se produjeron contra los colaboradores de la salud cubanos en Bolivia durante el reciente golpe de Estado. 

“El que entienda que actúa en línea con la política agresiva y de hostilidad que practica y pregona el gobierno de EE.UU., puede sentirse alentado a cometer actos violentos. Quien crea que coincide con mensajes de odio y violencia contra Cuba que se promueven a diario en la radio, las redes y la televisión de figuras oficiales y grupos violentos desde territorio norteamericano, puede asumir que cuenta con respaldo para cometer actos como el del 30 de abril”, afirmó el ministro.

Como ha dicho recientemente Díaz-Canel en Twitter, el canciller reiteró que el Gobierno cubano espera por resultados de una investigación exhaustiva y a fondo de este ataque terrorista. “Veremos si el Gobierno de EE.UU. encuentra alguna explicación plausible a los vínculos de Alazo Baró con las agrupaciones extremistas y violentas que he mencionado. Y cómo explica la relación ineludible entre esos vínculos y esos actos y el ataque contra nuestra misión diplomática”.

Hay imágenes que muestran, apenas horas después del ataque terrorista, a personas fotografiando la embajada de Cuba, y que son de reconocida actitud agresiva contra esa sede diplomática. El canciller mencionó a Yoaxis Marcheco Suárez y Mario Félix, y dijo que se trata de un asunto sobre el cual el Gobierno de EE.UU. también deberá aclarar en su momento. 

Hizo varias preguntas a Mike Pompeo. “Corresponde a usted, señor Secretario, dar respuesta al pueblo de EE.UU., al pueblo cubano y a la opinión pública internacional sobre estos graves hechos y la evidencia ineludible que acabo de presentar”.

Bruno Rodríguez recordó la larga historia de terrorismo contra las misiones de Cuba y sus funcionarios en los EE.UU. “11 mártires tiene el servicio exterior cubano, asesinados violentamente por grupos terroristas, uno de ellos en una avenida céntrica de Nueva York”.

El ministro de Relaciones Exteriores subrayó que los sectores con una trayectoria extrema contra Cuba han logrado una influencia desproporcionada en la Casa Blanca y algunos de ellos hoy participan en el control, lamentablemente, de la política de EE.UU. hacia la Isla, denunciado de manera contundente, oportuna y sistemática.

El canciller confirmó que varios senadores, congresistas, ciudadanos norteamericanos, diplomáticos acreditados en Washington, así como numerosos cubanos residentes en distintos países y en Estados Unidos, han condenado este hecho y expresado su solidaridad.

No hubo ataque contra el personal diplomático de EE.UU. en La Habana

A una pregunta del canal ABC de Miami, sobre las diferencias y similitudes en el accionar de los gobiernos de Cuba y Estados Unidos ante las incidencias reportadas por los diplomáticos estadounidenses en La Habana y el ataque a la embajada cubana, el ministro afirmó que existen diferencias fundamentales.

Reiteró que es obligación de todo Estado la protección de la integridad, la dignidad y el normal funcionamiento de una misión diplomática, tal como Cuba cumple escrupulosamente.

Además, contra el personal diplomático estadounidense en La Habana no hubo ningún ataque ni acto deliberado, subrayó, al tiempo que emplazó al gobierno de Estados Unidos a presentar una mínima evidencia. Incluso, “el resultado de investigación del buró federal coincide con la de Cuba, que demuestra contundentemente que no hubo ataque ni acto deliberado”.

En segundo lugar, prosiguió, el Gobierno cubano en las primeras horas después que la embajada de EE.UU. expusiera las supuestas incidencias, se puso en contacto con la cancillería de la Isla, y se dirigió al Gobierno de EE.UU y ofreció la disposición de recibir investigadores norteamericanos, y a cubrir sus necesidades, incluidas la toma de muestras y su exportación.

A su vez, designó un equipo de expertos del más alto nivel internacional y propuso numerosas acciones en el plano de la cooperación, que el Gobierno estadounidense rechazó o impidió realizar.

Respecto a los incidentes de salud reportados por diplomáticos norteamericanos en La Habana, “no hay ni un autor ni una hipótesis, ni una evidencia, ni un arma. Mientras aquí (en el ataque a la embajada cubana) hay un atacante, un fusil AK-47, 32 casquillos de proyectiles, 32 orificios de balas, declaraciones de la intención de agredir y de matar”.

Otra diferencia significativa, refirió Rodríguez Parrilla, es que Cuba en estos momentos espera por el resultado de una investigación del Gobierno estadounidense y a que se compartan con transparencia los resultados.

“Cuba tiene la esperanza de que el Gobierno de EE.UU. cumpla con su obligación de impedir que hechos como este se repitan contra sedes diplomáticas”.

El titular de Relaciones Exteriores sostuvo que “el gobierno cubano no ha hecho amenazas, no ha aplicado medidas de bloqueo, ni hecho advertencias a viajeros”, así como tampoco ha expulsado al personal diplomático de La Habana.

Relató que luego de los supuestos incidentes en La Habana viajó expresamente a Washington para reunirse con el entonces secretario de Estado Rex Tillerson, a quien exhortó a buscar hipótesis e investigar, sin embargo dijo “que no era de su interés, que para él bastaba que el supuesto hecho hubiera ocurrido en Cuba para culpar de ello al Gobierno cubano”.

El ministro reiteró que Cuba seguirá garantizando la seguridad de la embajada de EE.UU. en La Habana, al igual que hace con todas las demás. 

“Tenemos la esperanza que el Gobierno de EE.UU. intente, por lo menos, hacer coincidir su retórica contra el terrorismo internacional, con sus responsabilidades ante un ataque terrorista que se ha producido contra una misión diplomática en el centro de Washington”, concluyó.

En video, la conferencia


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#Canciller cubano realizará conferencia de prensa sobre #ataque a embajada de #Cuba en #EEUU

El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, ofrece declaraciones a la prensa. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Tomado de: Cubadebate  (Con información de Prensa Latina)

El canciller Bruno Rodríguez anunció que este martes ofrecerá una conferencia de prensa virtual sobre el ataque terrorista contra la embajada de Cuba en Estados Unidos el pasado 30 de abril.

Ofreceré nuevas informaciones sobre el acto terrorista contra la legación cubana en Estados Unidos y responderé preguntas a los medios de comunicación sobre este grave hecho, escribió el ministro de Relaciones Exteriores en su cuenta en Twitter.

Previamente, el perfil de la Cancillería cubana en esa red social anunció la transmisión en vivo por Facebook y Youtube de @CubaMINREX a las 13:30, hora local. Cuba denunció el silencio de las autoridades estadounidense respecto a la agresión contra su sede diplomática en Washington, mientras el Departamento de Estado incitaba nuevamente a acciones contra los médicos cubanos.

El pasado 30 de abril un hombre armado disparó contra la sede diplomática causando daños materiales, aunque no humanos. ‘Es una obligación de todos los Estados adoptar las medidas adecuadas para proteger a las legaciones diplomáticas en su territorio contra todo tipo de daño o que se atente contra su dignidad, como dispone la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas’, exigió ese día el jefe de la diplomacia cubana.

El único pronunciamiento de un representante del Gobierno de Estados Unidos lo emitió muchas horas después del hecho la encargada de negocios de ese país en La Habana, Mara Tekach, quien manifestó en Twitter que esa misión diplomática condenaba el tiroteo.