En la supuesta “tierra de la libertad”, sus ciudadanos tendrán casi prohibido viajar a Cuba, una Isla a solo 90 millas de las costas de Florida y uno de los lugares más seguros del mundo.
La actual administración republicana, influenciada por la ultraderecha de la Florida y personajes anticubanos como el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, cumplió este martes una de las viejas ambiciones de los enemigos de un mejoramiento de las relaciones entre La Habana y Washington: cortar el flujo de personas entre los dos países.