Médicos cubanos a su regreso de Turín, Italia, donde ayudaron a enfrentar la COVID-19. Foto: Cuba en Italia/ Facebook.
Señor Secretario General;
Señor Presidente;
Distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno;
Jefes de delegaciones:
Quisiera agradecer a la República de Azerbaiyán, que preside el Movimiento de Países No Alineados, por la iniciativa que propició la convocatoria a este período extraordinario de sesiones de la Asamblea General.
Una respuesta coordinada a la COVID-19 y sus consecuencias, en consonancia con los protocolos y buenas prácticas de la Organización Mundial de la Salud, sólo está en capacidad de promoverla a gran escala, este órgano, el más universal y representativo de las Naciones Unidas.
Es un hecho triste pero incontestable que la pandemia ha exacerbado los graves problemas y colosales desafíos que ya enfrentaba la humanidad antes de su aparición.
Hablamos de guerras, incluidas las no convencionales; de uso y amenaza del uso de la fuerza y de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, pero también de la ausencia o precariedad de servicios de salud, educación y seguridad social, bajo las reglas ciegas del mercado y el intercambio desigual que prevalecen en el mundo.
Hoy son dramáticamente visibles los signos de lo que algunos expertos califican como la peor recesión económica desde la Segunda Guerra Mundial, y nadie duda que el mayor peso de la crisis recaerá sobre los países del Sur, ya afectados por el abuso neoliberal, que ha profundizado los estragos de la pobreza.