El Che Guevara: los años pasan pero su figura trasciende el tiempo y se renueva.. Foto: AFP
Los años pasan y el Che Guevera queda como el si fuera el eternauta y lo hubiera inventado Héctor Oesterheld. Siempre igual y siempre distinto. Porque las épocas eligen del Che lo que prefieren. Sobre ese fondo del luchador contra la injusticia, a fines de los ’50 se lo quiso equiparar a un comando civil antiperonista, en los ’60 fue el aventurero y el guerrillero heroico, el foco ejemplar, la conciencia y la voluntad como motor, es la lucha contra las dictaduras y por el socialismo y es el promotor de los estímulos morales sobre los materiales en la vida de los seres humanos. Es el idealista, el marxista, el foquista. El Che es uno y mil, pero en todos encarna el impulso ancestral de la humanidad de rebelarse ante las injusticias, el impulso sobre el que cabalga la esperanza, sin la cual es imposible la vida.
El mismo Che renegó de algunos de esos estereotipos. Por lo menos, eso quedó plasmado en su larga carta de respuesta a Ernesto Sábato cuando el escritor le preguntó si los barbudos que bajaban de Sierra Maestra para derrocar a Batista podían equipararse a los que habían derrocado a Perón. Y la respuesta del Che fue un rechazo furibundo en el que hace una reivindicación del peronismo como movimiento antimperialista y popular, aunque deja entrever sus dudas con Perón.