
«¡Sí!» La palabra es breve, pero este domingo se ha vuelto inmensa para los destinos de la Isla, que se ha pronunciado finalmente a favor de la inclusión, de la empatía, del amor, ese que alumbra lo que perdura, que engendra la maravilla, que convierte en milagro en barro.
La mayoría ha elegido un nuevo Código de las Familias, uno que retrata el país que somos y el que queremos ser, y responde a las esencias humanistas de la Constitución de la República y del Estado de derecho y justicia social que a partir de ella se erige.