El presidente Joe Biden tropieza con enormes dificultades a cinco meses de las cruciales elecciones de medio término de noviembre, las mismas que podrían llegar a poner fin a su mandato, no en términos legales, pero de facto,si los republicanos se alzan con la mayoría en la Cámara de Representantes y ganan algunos escaños más en el Senado.
El desenfreno violentista (tiroteos indiscriminados casi a diario) y la proliferación de milicias armadas por todo el país lo instala en lo que algunos analistas como el profesor de filosofía Jason Stanley (Yale University) ha denominado “una fase legal del fascismo”. Fase que, según evolucione la situación global del país, (económica, política y social) puede dar paso a la consolidación lisa y llana de un régimen fascista de partido único.