Tomado de: Granma
Autor: Elier Ramírez Cañedo | internet@granma.cu
12 de agosto de 2022
Fidel proyectó con gran intensidad a Cuba en el mundo, pero ello no ocurrió de la noche a la mañana, sino que, con el acompañamiento heroico del pueblo cubano y la solidaridad mundial, tuvo que labrar ese camino a contracorriente de las más poderosas fuerzas desplegadas por el imperialismo estadounidense por evitarlo
En Discurso de Intensidad, un extraordinario ensayo de Cintio Vitier, se señala –citando a Lezama Lima– que «la capacidad histórica de un país no se debe a su extensión sino a su intensidad». ¿Cómo una pequeña isla del Caribe, desconocida por millones de personas en el mundo antes de 1959, ha alcanzado un relieve internacional tan sobresaliente, y se ha convertido en un país de gran prestigio e influencia? Muchas de las respuestas a esta pregunta conducen a Fidel Castro, mayor inspirador y artífice de la obra de la Revolución Cubana.
Fidel proyectó con gran intensidad a Cuba en el mundo, pero ello no ocurrió de la noche a la mañana, sino que, con el acompañamiento heroico del pueblo cubano y la solidaridad mundial, tuvo que labrar ese camino a contracorriente de las más poderosas fuerzas desplegadas por el imperialismo estadounidense por evitarlo. Cuba, además de enfrentar el cerco económico, las acciones terroristas, los sabotajes, la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos en 1961, las bandas armadas y muchas otras formas de agresión, tuvo que superar el aislamiento diplomático impuesto por Estados Unidos.